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Entrega de Premios «Ochomiles con Encanto» y Premio Almoradú 2016 – 25 de enero de 2017

Buenas a todos, en la última reunión realizada el miércoles 25 de enero de 2017, hemos hecho entrega de los Premios «Ochomiles» con Encanto y el Premio Almoradú 2016, este año entregado a nuestro socio Ismael González. A continuación os dejamos la fotos de todos los premiados.

Juan Llamas, Premio "Ochomiles con Encanto"
Juan Llamas, Premio «Ochomiles con Encanto»
Salvador Goméz, Premio «Ochomiles con Encanto», también recogió el premio en nombre de Emilio Domínguez, el cual no pudo asistir.
Javier García, Premio "Ochomiles con Encanto"
Javier García, Premio «Ochomiles con Encanto»
Javier García, recibe el Premio "Ochomiles con Encanto" de parte de nuestra vocal Lourdes Jabalera.
Javier García, recibe el Premio «Ochomiles con Encanto»
Ismael González, Premio Almoradú 2016
Ismael González, Premio Almoradú 2016
Foto de familia con todos los premiados.
Foto de familia con todos los premiados.

A continuación os dejamos el agradecimiento que recibimos por parte de nuestro amigo Emilio Domínguez.

Hola amigos, ayer recibí la chaqueta como premio por terminar el proyecto 8 miles con encanto y quiero agradeceros el detalle, me ha encantado y la llevaré con orgullo ya que con vosotros he aprendido  a amar la montaña, aunque nuestros caminos de momento no son los mismos espero que se crucen en alguna montaña, gracias por estos años de pateo juntos y gracias a todos los que en algún momento me han acompañado por esos cerros.

Hasta siempre, un abrazo.

Emilio Domínguez.

Nos vemos en la montaña.

Ranking Ocho Miles con Encanto. DEFINITIVO

Ranking Ocho Miles con Encanto. DEFINITIVO
Lucero, Enamorados, Reales, Concha, Gomer, Huma, Castillejo y Reales
Salvador Gómez, Antonio Martín Robles, Javier García Luque, Juan
Llamas, Emilio Domínguez y Javi Garcia Moreno
Juan Morente: Lucero, Enamorados, Huma, Concha, Gomer, Reales, 6
Jose Leyva: Lucero, Gomer, Concha, Castillejo,, Libar 5
Juanlu: Concha, Lucero, Enamorados, Castillejo, Realez 5
Magdalena: Huma, Reales, Concha 3
Francis: Lucero , Castillejo, Reales, Enamorados 4
Luis Barrios: Gomer, Concha, 2
Bosco: Concha, Castillejo 2
Vicky: Concha , Castillejo 2
Villalba: Huma , Castillejo 2
Paco Gámez: Gomer, Lucero 2
Antonio Pascual: Concha, 1
Jose León: Lucero 1
Arturo: Lucero 1
Javier Heredia: Castillejo 1
Pedro Castillo: Concha 1
Sergio Bob Castillo: 1
Julio Sevillano: La Concha, 1

CRÓNICA DEL ASCENSO AL PICO LUCERO (1779 m.s.n.m)





Desde Puerto Blanquillo (1208 m) emprendimos la subida hacia el Puerto de Cómpeta, sobre las 10 de la mañana, algo fresca o más bien fría como apreciaríamos más tarde por efecto de la niebla y la altitud. José León, Arturo y Juanlu, haciendo de cicerones a los otros tres que desconocían la ruta, y por tanto viendo las caritas de satisfacción de Salva, Emilio y José María, un nuevo socio.

En las inmediaciones del puerto y a lo largo del sendero nos encontramos con los indicios de los innumerables trabajos forestales que han realizado por la zona, y en este caso concreto la entresaca de bastantes pinos laricios.

Llegamos así a la altura de la cantera de mármol y tras un breve vistazo emprendimos una suave bajada hacia el inicio del Sendero del Lucero o “Raspón de Los Moriscos”, cerca de la Fuente Barrera, que en estos días rezuma agua por doquier. Las nubes nos impedía ver las vistas que se tienen desde aquí de Sierra Nevada

Comenzamos el ascenso al Lucero, siguiendo la vereda entre aulagas, piornos azules y sabinas, ganando altura hasta un pequeño collado que nos permitió unas vistas del pantano de Los Bermejales para luego descender levemente buscando el collado de La Mota y apareciendo ante nosotros, tímidamente la cumbre puntiaguda del Lucero.

El terreno blanco y arenoso de esta zona está salpicado de viejos pinos resineros, algunos de ellos muy robustos pero de escasa altura debido a la altitud y los vientos que han de soportar. Así de distraídos en este bello paisaje nos encajamos sin darnos cuenta en la base del Cerro de La Mota, con la espectacular panorámica de Cerro Lucero y Lucerillo amenazado de cubrirse de niebla por lo que echamos manos a nuestras cámaras para inmortalizar el momento.

Esta parte del sendero empieza en el Collado de la Perdiz, encontrándose en él un mojón de hormigón que señaliza la divisoria provincial. Apenas se pudo divisar las vistas hacia la Axarquía, con el valle del río Torrox al fondo, así que continuamos por la ladera del cerro Lucerillo sin demorarnos, salvo para ponernos guantes y gorros que la cosa se ponía cada vez fría. La ventana natural entre Lucerillo y Lucero, conocido como el Colaero de Los Mosquitos, dejaba colar no a estos insectos, sino a la niebla, que empezaba a invadir la ladera norte del Lucero, cruzándose a nuestro paso y dejando entrever algo de las escarpadas pendientes que hay al otro lado y que descienden hasta Venta Panaderos.

Un último esfuerzo y encumbramos el Lucero (1779 m.), donde nos encontramos con tan sólo uno de los muros del antiguo puesto de vigilancia de la Guardia Civil. Se dice que éstos detenían a los arrieros y estraperlistas que cruzaban de Málaga a Granada y viceversa por el Puerto de Cómpeta y les confiscaban sus mercancías que recuperaban a condición de subir con sus mulos una o más cargas de agua y materiales de construcción.

De momento el muro que queda en pie sigue ofreciendo refugio contra el viento, así que nos acogimos bajo sus ladrillos y nos dispusimos a sacar nuestras viandas. Risas y fotos de rigor tras un buen descanso, para emprender el camino de vuelta, de nuevo hasta Puerto Blanquillo, al que llegamos sobre las 14,30 h. Culminamos así una nueva cumbre del proyecto 8 miles con encanto.

Ocho miles con encanto: Peñón de los Enamorados. Sierra Nieves




La crónica de la subida de ayer del proyecto Ocho miles con encanto.

Antes del amanecer y con un día de perros, solo cuatro valientes (Juan Llamas, Emilio Dominguez, Salva Gómez y Antonio Martin) nos presentamos, después de los 15 minutos de espera de rigor y con el día muy lluvioso, decidimos no retrasarnos más y tomamos rumbo a Yunquera, al llegar desayuno de costumbre en el Bar Quini y después subida al Mirador del Puerto del Saucillo, a la llegada al Mirador el tiempo continuaba igual lluvioso y frío (unos 3ºC), pero todavía no nevaba. Tomamos el sendero dirección a Puerto Bellina, poco a poco fuimos consiguiendo ganar altura y al final en lazamos con el sendero que llega de la cañada del Saucillo, de ahí remontamos hasta llegar al Ventisquero, ya hacia tiempo que la lluvia había pasado a ser nieve, lo único bueno era que no hacia un viento considerable, solamente de vez en cuando algo de brisa. Continuamos por el ventisquero, cuando de pronto bajaron las nubes y ya no se veía nada. Continuamos mas o menos bien ya que aunque la senda estaba nevada, todavía era posible reconocerla, pero terminando la zona del Ventisquero cuando llegas a la zona del Pinsapo de la Laguna, ya practicamente al pie del Peñón, tuvimos la suerte de que la niebla se levantó un poco y nos permitió ver el Peñón, pero entonces comenzó a soplar un viento algo más fuerte que nos hizo no poder disfrutar por mucho tiempo de la cima, y la intensa niebla tampoco nos dio la oportunidad de tener buenas vistas de la zona. Después de la foto de rigor tomamos dirección al Pinsapo de la Laguna para continuar hacia el Puerto de los Hornillos, no sin antes tomar algo cuando durante un momento paro de nevar y pudimos encontrar un lugar donde refugiarnos del viento. Una vez alcanzado el Puerto, tuvimos vistas del Peñón de Ronda y también de la Cañada de la Cuesta de Hornillos, por donde continuamos, la verdad que merece la pena el descenso por esta cañada, es espectacular. al final de la cañada, llegamos a Puerto Bellina, aquí hay múltiples opciones ya que parten varias sendas, unas hay los Sauces, Cueva del Agua, hacia la cañada del Saucillo, nosotros con la lluvia que nos estaba cayendo acortamos camino y tras pasar una pequeña zona de unos 80 metros, conseguimos enlazar con la senda que habíamos tomado por la mañana, evitándonos unos cuantos kilómetros, ya que la lluvia no cesaba y ya parecíamos peces. Tras una media hora de descenso, por fin conseguimos llegar nuevamente al Mirador, y completar un día en el que vimos, vivimos y disfrutamos de otros aspectos de la montaña.


Un Saludo,
Antonio Martin

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