Aprovechando el viaje familiar a Mallorca que realizamos a principios de septiembre, decidimos subir el techo de las Islas Baleares.
Pudimos disfrutar también de algunos de los muchos encantos de la isla.
Dadas la pésimas previsiones meteorológicas tuvimos que adelantar un día la ascensión al Puig Major para garantizarnos buen tiempo; no sin antes tener que realizar, una intensa conversación con los hijos para cambiar el planning.
Tuvimos que madrugar para estar antes de las 8 de la mañana en el llamado Pie del Funicular – una explanada en la carretera que baja a Sa Calobra; donde en los años 20 se proyectó hacer un funicular hasta la cumbre, gracias que no se llegó a construir –. Aquí iniciamos una subida hacia el W hasta el Porxo Esbucat y podemos hacernos una idea de las tres trepadas que tenemos que hacer en la Serra Na Rius.
Salida de la de primera trepada.
Una vez en la cresta tenemos unas vistas espectaculares. Ya divisamos nuestro objetivo.
Observando la Coma des Ribell; por donde bajaremos después.
Acercándonos a la grieta del paso de Sa Pomera Borda.
Gracias a este manzano la subida por la grieta se hace menos complicada.
Aunque hay una cuerda, la piedra está en muy buenas condiciones para ir buscando los agarres e ir superando la grieta.
Aún nos queda una buena trepada, bastante vertical y equipada con un cable de acero. Aunque como pasó con la cuerda anterior, la piedra nos ofrece suficientes agarres.
Una vez en la última cresta tenemos una vistas espectaculares de la parte NE de la isla.
Después de dos horas y media; algo más de 800 metros de acumulado positivo ya estamos en el vértice del Puig Major (1414 m).
La cima más alta de éste (1436 m) se encuentra vallada por las instalaciones militares.
Ya la sólo nos queda seguir la cresta hasta las mismas y bajar por la Coma des Ribell que está debajo de las bolas.
Al principio la pedrera al ser tan empinada se hace divertida.
Pero al cabo de un rato y viendo lo que queda aún de bajada, la cosa cambia.
Las rodillas empiezan a notar la fuerte pendiente y lo suelto del terreno.
Tras casi dos horas de interminable bajada llegamos al Camí des Bini y podemos contemplar toda la magnitud de este impresionante paraje.